Religión y cultura expresiva - Occitanos

Creencias y prácticas religiosas. Con su llegada a la región, los griegos introdujeron el culto a sus dioses, una práctica religiosa que fue suplantada con gran dificultad por el cristianismo. A finales del siglo XVI, la Iglesia cristiana seguía encontrando oposición, a veces violenta, a sus esfuerzos por convertir a la población. Tal vez sea esta tenaz retención de las prácticas precristianas, así como losla disposición de la Iglesia a cooptar o incorporar prácticas devocionales locales, que explica los novedosos planteamientos que caracterizan al cristianismo meridional primitivo: un gran interés por los cultos a los santos y a las reliquias sagradas; una fuerte tradición monástica; y los numerosos santones, que vivían vidas solitarias de abnegación y pobreza. Este planteamiento poco ortodoxo del cristianismo dio lugar a laEn el siglo XII, las cruzadas albigenses fueron impulsadas por la reacción de la Iglesia contra la herejía del catarismo, que era fuerte en la región. Este acontecimiento tuvo un carácter más político que religioso.La derrota de la región en esta guerra de religión marcó el fin de la independencia occitana y la incorporación de la región al reino de Francia. Esto no significó, ni significa, que la región cayera plácidamente en la aceptación universal de los dictados de Roma. La "tradición" de la herejía meridional continuó durante el siglo XVI, ya que la región se convirtió en refugio de los hugonotes calvinistas,y otros protestantes.
Arte. Cuando se habla del arte de los occitanos, se habla en primer lugar de los trovadores de la Edad Media, que llevaron su poesía y sus celebraciones del amor cortés a toda Europa. Pero la Occitanie también está bien representada en las esferas de la filosofía y la literatura por escritores como Montesquieu, Fenelon, De Sade, Pascal, Zola, Compte y Valéry. Aunque estos escritores escribieron en la lengua estándar de los occitanos, la Occitanie no es la excepción.franceses de su época, y no en occitano, representan lo que se ha dado en llamar una tradición "humanista meridional", testimonio de que esta región fue durante siglos un centro de arte, filosofía y ciencia.